El
Sevilla cayó ante el Getafe merecidamente en un partido en el que
los nervionenses hicieron poco para evitarlo.
Planteamiento extraño, insistente, con mucho juego por dentro, nada por fuera, casi sin
sentido. Unos jugadores antipáticos. Una defensa sin
firmeza, con un Diogo infantil y un Kolo sin saber de qué iba la
historia. Un centro del campo numeroso -sin ningún efecto en el
partido- Y errores puntuales que facilitaron la labor del rival.
Una mezcla que hizo que se viera a un Sevilla horroroso en ataque y
peor en defensa.
M'Bia
a los 15 min se marchó lesionado. Sin el camerunés, ese once tan
fortalecido por el centro, tan fuerte físicamente, comenzó a
presentar fugas. El técnico insistió en la idea y dió entrada
de Diogo en el lateral y Coke se marchó al centro del campo. Es
más, hasta pudo marcar en otra clara ocasión de Iborra, que nos
hizo recordar a todos las numerosas ocasiones desperdiciadas en el
Bernabéu. Banega ponía de su parte a la hora de construir, pero no
tenía claridad en el juego el Sevilla en los metros finales. Partido
sin nada que resaltar. Y entonces apareció Diogo, una auténtico
peligro para el equipo hispalense. El penalti presentaba alguna duda,
pero en el caso del luso casi da igual. Metió la pierna de forma
inoportuna y el colegiado señaló la pena máxima que se convirtió
en el tanto local.
El
choque alteró el marcador, aunque no demasiado el desarrollo de un
partido en el que las fuerzas estaban equilibradas. El dominio
era muy alterno, las aproximaciones poco claras, aunque si el Getafe
gozaba de más ocasiones era porque a fallos ganaba la defensa
nervionense. Anda varios encuentros dubitativa y no fue un excepción
el partido de este domingo. Kolo regaló un par de ocasiones, otra
Diogo, incluso ambos se ponían de acuerdo para propiciar
ocasiones rivales, como una que salvó doblemente Fernando Navarro.
No se encontraba el Sevilla, y para colmo, seguían cayendo sus
futbolistas en lesiones (Aspas), que fue además uno de los mejores
en el partido. Emery metió al canterano Juan Muñoz. Y el joven
futbolista tuvo una acción de mérito en el que acabaría siendo el
empate sevillista. Originó una acción de ataque con un bonito
recorte en el costado del área que continuó con un rechace de Naldo
que aprovechó Krychowiak de manera descomunal. Armó un disparo el
polaco que entró como un obús en la portería de Jona desde la
frontal del área.
El
empate pareció animar al equipo hispalense, aunque como durante todo
el encuentro sin profundidad. Y el Getafe no tardó en reaccionar a
ese tanto y meterse en campo contrario. Además que el Sevilla, no
conseguía armar ni una contra decente. El Getafe al menos lo
intentaba y buscaba el área contraria. Y cuando juegas cerca del
portero contrario, suceden cosas, jugadas, disparos...
Hay
que recalcar que Sergio Rico fue el mejor, y para mí en su primer
partido con su nuevo rol ya me ha convencido de que hay portero para
rato en Nervión.
El
partido terminó con 2-1. Y es que si se juega con esas “ganas”
difícil entrar ni siquiera en Europa
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