Sábado 21 de marzo a las 18:15 partido entre el Real Betis y el Leganés. El bético de a pie se esperaba una tarde plácida en un encuentro contra un equipo inferior, sí inferior, porque el Betis debe o tiene obligación de dar la cara ante todos los equipos y subir con una cierta holgura, no sólo por ser el Betis sino porque tiene mimbres para ello.
En el entrenamiento el ambiente era algo raro. Y el encuentro comenzó con una jugada que pudo cambiar el transcurso del partido, Molina la tuvo y pudo poner el 1-0 en apenas unos segundos, comenzaba bien el partido pero para nada, a partir de ese momento cogió el balón el Leganés y no lo soltó, la tocó y la tocó.
Con un jugador menos se paseó el Leganés. Sólo había un equipo en el partido y ése era el Leganés. El Betis, bueno el “Betis” porque son los jugadores los que juegan o tienen que jugar y no hicieron nada, parecía fantasmas sin rumbo, sin posición, a merced del rival, rival que tocaba y tocaba, fantasmas que veían pasar el balón y no se movían. Y me pregunto, ¿qué hay del orgullo como profesional? O ¿Qué hay del orgullo propio como persona? ¿Se sienten futbolistas? ¿Sienten la camiseta que llevan? ¿Sabían en el estadio que jugaban? O más bien ¿tienen sangre? No sé, tiempo tuvieron para reaccionar y más ante su afición. Yo no pondría en el próximo partido a casi ninguno de estos “futbolistas” que salieron a “jugar”.
En el descanso esperaba algún tipo de reacción, ya que el entrenador padre Pepe Mel les daría un buen tirón de orejas pero para nada, siguieron en la misma senda, el pasotismo absoluto. A mí como socio me avergüenza esta actitud y/o aptitud, y ya si uno a jugado al fútbol con anterioridad no entiende como no se les remueve la sangre y sacan el coraje que para otras cosas sí sacan.
El peor partido de este año, y si estuviera de entrenador Velázquez no sé que hubiese pasado. Al final apenas hablo de lo que sucedió durante el partido, siento indignación. A la media hora Mel cambió a Portillo y dio entrada a Ceballos, que para mí hubiera quitado a Pacheco, o aunque como dice Mel para cambiar hubiera cambiado a los once “jugadores”. Ceballos lo intentó, corrió y le echó coraje. En el segundo tiempo entró Rennella y Vadillo, que para mí éste último el mejor y sin duda titular el próximo partido, llevó peligro y lo intentó siempre.
Para Huelva cambios o más bien castigos, prefiero que jueguen chavales de la cantera y que saquen orgullo.
Y otra cosa, el entrenador posiciona a los futbolistas pero ¿y ellos durante el partido saben posicionarse según las circunstancias? No es la primera vez que veo jugar al Betis sin jugadores en el medio y no sé de quién será la culpa.
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